Round a round, combate a combate.
Mereció la pena esperar a "la nueva de Rocky". Ahora estamos a una sóla película de igualar a STAR WARS. Pero hay algo que me confunde, y es que tengo la sensación de haber visto de nuevo Rocky IV, pero ahora los blancos son negros. Y no tiene nada de raro pensarlo ya que la premisa de Creed III guarda un vago parecido con la cuarta entrega del potro italiano. Sin embargo han conseguido meter ese "pastiche" en una fórmula renovada e innovadora. Cada vez las películas de boxeo son más exigentes: golpes a cascoporro que superan la velocidad de la luz y que suenan como verdaderos disparos de un cowboy. Pero eso no tiene nada de malo, al contrario, hacen que los momentos principales de la película (los combates) parezcan más agresivos y duros, y enganchen más al espectador.
Sin embargo la película rompe con el estilo de sus antecesoras. Tanto en Rocky como en Creed, vemos el boxeo como un mundo duro y cruel. No cabe duda de que es la otra cara de la trama lejos de las luces y la prensa. Nos muestra que realmente los boxeadores son como "cualquier hijo de vecino" con sus problemas personales y su vida privada. En Creed III vivimos literalmente una utopía en la que la trama ya podría ser considerada ficción. Esto no quita su lado atractivo, sino que lo estimula y lo potencia con ejemplos de cómo vive una celebridad, los lujos que se puede permitir y no menos importante: "los problemas de ricos". Por esa misma razón Sylvester Stallone se negó a grabar esta tercera parte y a eso se debe su ausencia en el filme, aunque a todos los fanáticos del séptimo arte nos rompa el corazón.
Se deja ver. Es el adiós, por su ausencia, de Sylvester Stallone en su icónico papel de Rocky Balboa. Rocky no volverá.
ResponderEliminarSu vida se contará en los libros de historia...😎
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