Cuando veo Breaking Bad y no se lavan las manos ni antes ni después de cocinar, me siento muy incómodo. Y pensar que luego la gente consume esas sustancias como si nada... Pues esa misma sensación de suciedad la tuve de manera prolongada en la película de Hellraiser. Puedo entender que era una película que en su época impresionaba. Me avisaron de que era una peli un poco asquerosa, y no hice caso a la advertencia, como de costumbre. (Cuándo aprenderé...) Y esa tarde de Julio, hice de tripas corazón... Y BAJÉ LA PERSIANA (lo siento, eran las 16:00 y lo único que veía en la tele era mi reflejo). Una vez acondicionada la sala, comenzó la proyección...
Y a pesar de haber requerido una pausa para beber agua y "descansar", no me disgustó tanto. Dough Bradley se disfraza de cactus, para ascender del infierno y castigar al que le deshizo el cubo de Rubik. Todo el ámbito infernal y oscuro, me gustó bastante. Esos elementos creaban un ambiente que disfruto en películas de terror. Pero la sangre me superaba. Cuenta la leyenda que más del 80% del presupuesto para el rodaje, se fue en kétchup. No soy muy experimentado en películas sangrientas, más allá de Squid Game y Terrifyer, no he tocado mucho este tema.Y a día de hoy, sigo sin entender qué me gustó tanto del largometraje. Hay quien podría tratarlo de "una combinación perfecta de pequeñas imperfecciones". Y como muchas películas, deja escapar un detalle que podríamos llamar "error", el cual no mencionaré, porque prefiero que el lector mismo se aventure a ver este maravilloso título de 1987, y lo encuentre por su cuenta.
Hoy mismo me sangró la nariz y el baño quedó peor que un escenario de Hellraiser.