domingo, 8 de mayo de 2022

Yojimbo y los jóvenes

Tras un descanso (tal vez demasiado largo) he decidido volver y continuar lo que dejé un 20 de marzo de 2019. Qué menos que volver con un clásico del cine japonés, como lo es Yojimbo. Pero no será igual que como entonces, mi etapa como destripador ha llegado a su fin y he decidido resurgir de mis cenizas como lo que quería ser, siguiendo los pasos de mi figura paterna: un crítico. No empezaré hablando de la película, he de empezar por algo con lo que guarda relación, pero no tanta... Los videojuegos. Una tarde de diciembre de 2021, te dispones a insertar en tu consola un juego que te había llamado la atención tiempo atrás. Ghost of Tsushima es una historia de samuráis propia del mismísimo Kurosawa, que de seguro, ha hipnotizado a tantos jóvenes, como también me hipnotizó a mí. Recorriendo la isla de Tsushima y salvando a Japón de la invasión mongola, me fue revelada una obra maestra cinematográfica que no era muy reciente, pero sí muy interesante y divertida. Yojimbo guarda una extraña relación con el aclamado western Por un puñado de dólares. Incluso me atrevería a decir que es una copia. Pero esa es otra película. En estas casi dos horas de película vemos cómo un samurái
puede generar la discordia entre dos bandos y aún así, salir victorioso. Toshiro Mifune se viste con ropas de la época y emprende un viaje con el que sin duda muchos hemos quedado fascinados. Tal vez sea la puesta en escena, tal vez los escenarios de la trama, pero esta película tiene un toque especial, el cual la ha convertido en un título imprescindible para cualquier fan del Séptimo Arte. Esto nos lleva a un dilema: ¿si hay tantos jóvenes que han disfrutado Ghost of Tsushima por qué no están interesados en ver Yojimbo? Si salimos a la calle y preguntamos a la juventud por su película favorita, la mayoría mencionará películas recientes como alguna de MARVEL o de DC. 
Sólo una minoría dirá otros títulos como Desayuno con diamantes, Psicosis, o como es en mi caso, The Warriors. Y esto se debe, a que el cine clásico, está perdiendo visibilidad entre las nuevas generaciones. Ya nadie quiere ver a Harpo Marx montar un escándalo sin decir ni una palabra. Tampoco quieren ver a Charlie Chaplin destacar entre la multitud con su característico andar o con su peculiar personalidad. Ahora están interesados en las peleas, en los superhéroes o en las más recientes películas de animación. No digo que el cine de ahora sea "malo", ni mucho menos. Pero si plantamos a un chaval de 16-17 años a ver Viaje a la Luna de George Meliès, o se dormirá porque es en blanco y negro y le parecerá aburrida, o le abriremos un mundo nuevo sin pantallas verdes ni efectos por ordenador, en el que se enriquecerá con el legado cinematográfico, que años atrás fue, un tesoro en el que coincidían jóvenes y adultos en armonía.

 A Dios pongo por testigo... a Dios pongo por testigo de que el cine no desaparecerá, viviré por encima de todo esto y cuando haya terminado, nunca volveré a saber lo que es el hambre...

2 comentarios:

  1. Magnífico comentario. Increíble manera de expresarte. Ha merecido la pena el descanso de 3 años. No lo dejes.

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  2. Ya quedan pocos como usted, muchacho...

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